«No era fanático de la velocidad»: piden justicia por Jorge, quien murió atropellado por joven que conducía borracha

Guerrero, a 27 de diciembre de 2021.- Jorge Rodríguez Ávila fue un joven al que le arrebataron sus sueños tras sufrir un trágico accidente mientras conducía hacia su casa a bordo de una motocicleta sobre la Autopista del Sol.

El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense, el padre de la responsable les ofreció dinero para que ella saliera libre, pero la familia de la víctima se negó a otorgar el perdón. 

Mientras su cadáver permanecía en la plancha del Servicio Médico Forense, el padre de la responsable les ofreció dinero para que ella saliera libre, ellos se negaron, pero después fue liberada; «no mató a un perro, era mi hermano», dijo Yesenia. 

La mañana del 27 de noviembre, aproximadamente las 06:30 horas, pretendía llegar a su casa a bordo de una motocicleta, pero fue embestido por un vehículo compacto tipo Chevy, el cual circulaba en sentido contrario en la Autopista del Sol, a bordo de la unidad iban dos mujeres, ambas en estado de ebriedad.

Jorge Rodríguez tenía 23 años, estudiaba la carrera de Administración de Empresas y planeaba casarse este fin de año.

Pero esa mañana, Jorge no tuvo la oportunidad de seguir adelante en la culminación de sus proyectos, a la distancia no pudo observar cómo el vehículo que se aproximaba porque éste traía las luces apagadas.

El impacto fue inevitable y las consecuencias mortales para el motociclista.

Testigos del percance avisaron de inmediato al 911, pero cuando los paramédicos llegaron al punto Jorge ya había muerto. 

Aunque en el vehículo viajaban dos mujeres jóvenes, cuando al lugar llegaron elementos de la Guardia Nacional y personal de diferentes corporaciones policíacas, solamente encontraron a la conductora, Andrea Brigtte Peralta Saldaña, quien fue trasladada al Ministerio Público del Fuero Común (MPFC).

«No era fanático de la velocidad» Yesenia Rodríguez, hermana de Jorge, sostuvo que la víctima era el menor de la familia, un joven ordenado, entusiasta y con la aspiración de culminar sus estudios profesionales, trabajar y formar una familia joven para disfrutar de un matrimonio estable.

Le gustaban las motocicletas, pero no era fanático de la velocidad; le facilitaban llegar a tiempo a su trabajo, realizar actividades personales y siempre se jactaba de que sin excesos ni abusos podía estar a tiempo en cualquier tipo de compromiso personal o laboral.

El cadáver de Jorge permanecía en la plancha del Servicio Médico Forense (Semefo) a la espera de que algún familiar realizara la identificación presencial, que impone la normatividad, cuando el padre de Andrea Briggtte se les acercó para solicitar que firmaran un documento en el que le otorgan el perdón para que ella pudiera recuperar su libertad.

La expresión de molestia fue inmediata, la respuesta desde el inicio fue negativa y le hicieron ver que tenían la certeza de cómo habían ocurrido los hechos: «Andrea estaba muy tomada, circulaba en sentido contrario en la Autopista del Sol y llevaba las luces apagadas».

No había duda de su responsabilidad, por lo que no tenían la intención de otorgarle el perdón. No hubo más acercamientos, el padre de Andrea se retiró y no lo volvieron a ver.

El cuerpo de Jorge fue recuperado del Semefo, despedido de la casa familiar en Chilpancingo y trasladado hacia su natal Jaleaca de Catalán, en la sierra, y sepultado para descansar en su lugar de origen.

Una inexplicable liberación

Una vez pasado el trance del sepelio, la familia agraviada se presentó en la Agencia del Ministerio Público para indagar sobre la situación de Andrea, a quien identifican como la responsable indiscutible de la muerte de Jorge.

Andrea ya no estaba, fue liberada porque en el dictamen presentado se anotó que Jorge había muerto por las lesiones, pero no se relacionó a la conductora del Chevy con un homicidio culposo, como ya se consideran en Guerrero las muertes provocadas por atropellamiento.

La inconformidad se generó de inmediato, junto con ella el presentimiento de que el recurso ofrecido a la familia para que firmara el perdón había terminado finalmente en otras manos, que fueron las que permitieron que Andrea recuperara la libertad.

El 29 de noviembre, los integrantes del colectivo Bikers de Chilpancingo, al que Jorge no pertenecía, fueron contactados por un amigo personal y organizaron una rodada en las calles de la capital de Guerrero para solicitar que el caso se investigue y que no haya impunidad.

Dijeron que los motociclistas recurrentemente son agredidos, tanto por conductores del transporte público como por particulares, además de que sistemáticamente son acechados por las autoridades de tránsito. La rodada culminó en las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), donde hicieron un primer llamado para que no hubiera impunidad.

Pero el 6 de diciembre se realizó una marcha que tuvo mayor concurrencia, pues se sumaron integrantes del colectivo de motociclistas, amigos personales y familiares de Jorge.

Yessenia Rodríguez, la hermana mayor de Jorge, recuerda a su hermano como una persona trabajadora, carismática, amigable y con un gran proyecto de vida, sostiene que no es justo que Andrea Brigitte Peralta, la mujer responsable del accidente, se encuentre libre.

«Nosotros nunca tuvimos duda de su responsabilidad; ella manejaba en estado de ebriedad, con las luces apagadas, apenas amanecía y lo más delicado es que se metió en sentido contrario, era muy evidente que provocaría un accidente de graves consecuencias. 

La muerte de mi hermano no puede quedar impune».

Para Yesenia, el hecho de que Andrea se encuentre libre es consecuencia de un acto de corrupción, lo que confirma con las actitudes que la familia Peralta tuvo hacia los dolientes:

«Ni siquiera respetaron el dolor de mi madre, el cuerpo de mi hermano no salía de la morgue cuando ya estaban ofreciendo dinero, ofendiendo todavía más; eso habla mucho de ellos».

Yesenia fue atendida por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero (CDHEG), donde solicitó una investigación relacionada con el trabajo del Ministerio Público que permitió que Andrea saliera libre, pese a las consecuencias del accidente que, aseguraron, ella provocó.

En el Palacio de Gobierno, los amigos y familiares, en el pino navideño gigante que recientemente del acceso principal, colocaron las pancartas con el reclamo de justicia y el rostro de Jorge.

En la fiscalía solicitaron investigar de manera adecuada el accidente y rectificar su liberación porque la familia nunca les firmó un perdón.

Yesenia no duda cuando asegura que Andrea incurrió en un asesinato, pues el hecho de colocarse al volante de un vehículo cuando no estaba en condiciones para manejar ya constituye un delito que se debe sancionar.

«No mató a un perro, mi hermano era un hombre muy joven, bueno, con futuro y sueños, ella se los cortó de golpe y debe responder ante las autoridades», acusó Yesenia.