Hacen falta mejores diagnósticos a menores que son superdotados ya que en México existen al menos un millón de niños superdotados

Xalapa, Veracruz a 02 de mayo de 2022.- Antonio de Jesús Cruz Ceballos es un Joven superdotado pide mejores diagnósticos a menores como él ya que en México existen al menos un millón de niños que pueden ser superdotados.

En conferencia de prensa Antonio de Jesús es un joven de 20 años de edad superdotado, ya que desde hace varios años logró concluir la licenciatura en Lenguas Inglesas y actualmente cursa el décimo semestre de Medicina.

«No creo que haya un camino fácil, yo creo que ninguno lo es, todos tenemos obstáculos que superar y en mi caso he tenido la fortuna de crecer en una familia fuerte, con ideales, valores y eso es muy importante», señaló.

«La constancia y tener confianza en uno mismo y de lo que uno es capaz», expresó luego de dar a conocer que concluyó la primaria a los 9, la secundaria a los 11, la preparatoria a los 12 años de edad.

Explicó que aunque curso la primaria de manera presencial, los siguientes grados los aprobó a través de exámenes de «aceleración», tras ser diagnosticado como un niños sobredotado en 2011.

Opinó que actualmente hay más estudios y se están reconociendo más las necesidades de los niños superdotados, sin embargo, todavía falta el reconocimiento, la detección temprana, porque luego los catalogan como niños con Asperger, autismo, entre otros.

Reveló que con base en estadísticas, se sabe que hay más de un millón de niños sobredotados en México, pero la mayoría son mal diagnosticados.

Destacó que una de sus metas, a su corta edad, es lograr desarrollarse en el campo de la medicina, particularmente en neurología.

Por lo anterior el Colegio de Abogados Juristas del Estado de Veracruz A.C., le otorgaron un reconocimiento al igual que la asociación civil Palabras y Hechos por los logros que ha tenido a su corta edad.

Por último opinó que, México tiene mucho talento, pero lo importante es detectar a aquellos jóvenes como él, a tiempo, ya que es así como se dan las conocidas «fugas de cerebro».